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Martín Menem habría adulterado la votación para aprobar un capítulo de la Ley Bases


05 de mayo de 2024

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La posible adulteración de la votación en el Congreso para establecer un impuesto a las tabacaleras ha desatado una polémica que podría ser el fraude legislativo más grave desde la privatización de Gas del Estado en 1992

El bloque peronista abrió una auditoría interna en Diputados para verificar si Martín Menem adulteró el resultado de la votación del martes pasado para incorporar el impuesto a las tabacaleras en la ley ómnibus. 

Según se desprende de las actas parlamentarias, hubo más abstenciones de las que se computaron en recinto, se contabilizó como afirmativa la abstención del diputado kirchnerista Aldo Leiva y no se incluyeron tres votos negativos.

Lo que se vio por las pantallas y anunció Menem fue que hubo 82 voluntades a favor, 77 en contra y 69 abstenciones. Sin embargo, las actas parlamentarias que se publicarían horas más tarde indicaban que los diputados chaqueños María Luis Chomiak y Aldo Leiva solicitaron la abstención a viva voz, aunque el sistema los contó por la positiva, reduciendo el respaldo a 80 legisladores. 

Por otro lado, el mismo documento legislativo registró que las macristas Germana Figueroa Casas y Daiana Fernández Molero votaron en contra, igual que el libertario Beltrán Benedit, elevando el rechazo a 80 diputados.

El saldo habría sido entonces un empate y debió pronunciarse Menem, pero se oficializó un resultado mentiroso. Para colmo, en una adenda del acta se aclara que hubo 11 abstenciones más que las voceadas por el titular de la Cámara Baja, llevando el conteo final a un triple empate.

La revelación del verdadero resultado produjo este viernes un shock en la Cámara de Diputados. Legisladores opositores ya pusieron a sus equipos a revisar todas las actas de las votaciones en particular de la ley ómnibus y el paquete fiscal.

Menem por estas horas busca que el tema no escale y se ampara en que la mesa de conducción de la Cámara es multipartidaria, por lo que puede alegar que la culpa no fue sólo de él sino también del secretario parlamentario o el proseceretario. Incluso los libertarios que reniegan del presidente de la Cámara creen que se buscará un chivo expiatorio antes de llegar tan alto.

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